Disney es sin duda una de las empresas más exitosas del mundo. Su fórmula? Un interesante y estratégico trabajo de fidelización con los clientes y una sólida cultura organizacional. Acá compartimos 7 de los principios que los ha mantenido en la cima.
Lección 1: ¿Quién es la
verdadera competencia?
El poder de derrotar a la
competencia se basa en la calidad del producto. Diseñar métodos de producción a prueba de
tontos, instrumentarlos con cuidado, vigilar cada proceso en forma minuciosa, y
mejorar los procedimientos de manera continua. La competencia es cualquier
persona con la que el cliente lo compare a uno. La competencia es cualquier
persona que eleve las expectativas de nuestros clientes, porque si alguna
persona satisface a los clientes mejor que nosotros, sin importar el tipo
de negocio en que se encuentre, a la hora de la elección uno sufre.
Una empresa que presta tal
atención a los pequeños detalles hará lo propio con cualquier cosa que este en
contacto con sus invitados/clientes, porque la atención a los detalles
formaría parte de la cultura de la empresa. Es más rentable, asignar
prioridades o racionalizar recursos. Nadie posee recursos ilimitados. Es bueno
asignar recursos a cualquier cosa que afecte la experiencia global de los clientes
en el corto o en el largo plazo.
¿Cómo deciden en Disney en
qué detalles enfocarse? El proceso comienza con un proceso llamado “Imaginería”
que realizan personas llamadas imagineros.
Estos comienzan el proceso de planeación con algo que llaman secciones de
"el cielo es el límite". Los imagineros
comienzan diciendo el concepto global. Realizan una tormenta de ideas sobre
el concepto, generan todas las posibilidades que se les puedan ocurrir. Pero
existe una fanática atención al detalle, que comienza desde los primeros
momentos del proceso de planeación.
Michael Eisner
pone el ejemplo: Se debe ser dinámicamente
amistoso, por lo cual todos los integrantes del
reparto tienen instrucciones explicitas de interrumpir cualquier actividad que
estén haciendo cada vez que observen a un invitado/cliente en apuros.
Lección 3: Todos predican con el ejemplo
El punto de esta lección se
enfoca en la forma en que haces el trabajo. Cada uno de los
integrantes del reparto/empresa desea preservar la experiencia mágica. Cada uno
de ellos desea ayudar a los invitados/clientes a disfrutar de su visita al
máximo posible. No se limitan a hablar de ello. Eso sería hablar. Lo hace a
través del ejemplo. Los integrantes del reparto/empresa buscan de manera
activa la oportunidad de crear esos momentos mágicos. Así cuando surge la
oportunidad, todos ayudan al invitado/cliente de manera proactiva.
Así cuando la cultura dice “ayuda
al invitado”, se aplica a todos. Cada persona predica con el ejemplo. Los
contadores lo hacen, los ingenieros mecánicos lo hacen, los supervisores
también lo hacen. La limpieza no escapa de ser parte de la cultura
organizacional. Así el compromiso de la limpieza se encuentra grabado en la
mente de cada persona. Las personas deben de ser dueñas de su trabajo,
y eso las hace preocuparse y tomar en serio el bienestar de los invitados/clientes. Las
diferentes tradiciones se apoyan entre sí. Ninguna funciona de manera
aislada. El compromiso de calidad debe de permanecer con las personas sin
importar el lugar/departamento al que vayan.
Todas las cosas predican con
el ejemplo. No solo “todos” tienen que predicar con el ejemplo, sino que
asimismo todas las cosas deben de hacerlo. Se debe cuidar del equipo, las
instalaciones y el terreno, en nombre de nuestros invitados/clientes, porque
ellos son oro sólido, la razón de ser de la empresa. Si no fuera por ellos,
esta no existiría.
Cada persona debe enfocarse
en brindar lo que los clientes lo quieren: incluso
las personas que nunca tienen contacto directo con un cliente. El personal
de diseño tiene una palabra específica para la gente que no predica con el
ejemplo: lo llaman intrusión. Cuando desarrollan un tema y comienzan el trabajo
de diseño, buscan intrusiones potenciales: cosas que no estén bien allí.
El uso de la palabra
tradiciones en lugar de orientación es otra forma de predicar con el ejemplo.
Los participantes se sientan en mesas redondas, que se utilizan con un solo
propósito: el desarrollo del concepto de equipos.
El hecho de que todo
predique con el ejemplo influye en la experiencia de los clientes, pero de maneras en que no siempre está consciente. Y así
debería ser. Las cosas que predican con el ejemplo deberían ser invisibles para
la mayoría de los invitados.
Muchas orejas escuchan mejor
a los clientes. Es crucial preguntar a los invitados/clientes, pero
tiene la misma importancia emplear otras herramientas y aprovechar otros
recursos de información acerca de la forma en que desempeña la empresa. Algunas
herramientas son formales (como el uso de cuestionarios y encuestas), y otras
son informales.
El objetivo de que la empresa tenga puestos de escucha, es que escuche
a los clientes, en lugar de escucharse a sí mismas. También se deben de
tomar en cuenta las opiniones de los empleados, si se ignora esta
importante fuente de información, es probable que se pase por alto la fuente más valiosa de información sobre los clientes
que se posee.
Existen otros ejemplos. Las encuestas por teléfono son un
tipo más formal del puesto de escucha. Es posible descubrir cosas por teléfono
que no se pueden detectar por escrito: el tono de voz dice muchas cosas y es
posible sondear en busca de más información.
Otro ejemplo supone que los integrantes de reparto/equipo/empresa que realizan
funciones de supervisión tienen entre ellas la de caminar por allí y reunirse
con los invitados/clientes, y mientras
charlan hacen preguntas para ver cómo van las cosas.
Por si sola ninguna fuente
puede darnos toda la información que requerimos. Con muchos puestos de
escucha se obtiene una visión equilibrada de las distintas formas en que
los clientes perciben a la empresa y se obtienen aspectos específicos
desde puntos de vista particulares.
Recompensa, reconoce, celebra. En la mayoría de las empresas
las personas toman más tiempo señalando errores que logros, aunque las personas
hacen más cosas bien que mal. Una relación de tres retroalimentaciones
negativas por cada positiva, no ayuda en gran cosa a elevar la moral.
Por otra parte, la misma
relación de tres a uno, pero a favor de las cosas positivas, ayuda a mantener
elevados la motivación y el trabajo en equipo. Los psicólogos tienen una
palabra para lo que ocurre cuando no existe retroalimentación. Lo llaman extinción. El refuerzo es una
retroalimentación positiva; el castigo es una negativa; la extinción es la
carencia de retroalimentación.
La mayoría de las personas
no comprenden la terrible sensación que produce el no recibir
retroalimentación. El no recibir retroalimentación puede ser igual de
devastador que recibirla de tipo negativo. Y lo peor es que las
personas tratan a los clientes del mismo modo en que son tratadas.
Una empresa que no mete la
pata de vez en cuando, quizá no esté haciendo nada nuevo. La forma más segura de evitar errores es nunca intentar nada
nuevo.
Todas las personas hacen la
diferencia. Llamamos Silos a las personas que trabajan en un departamento y que solo
piensan en las funciones de este. Para lograr un buen trabajo en equipo y
aumentar al máximo la lealtad de los clientes, es preciso derribar los silos. Todas las personas dentro de
la organización son importantes ya que pueden ayudar a retroalimentar el
trabajo de los demás.
Se debe de responder a la
pregunta no expresada, lo que la persona de verdad desea conocer: esa es
una habilidad de verdad especial. Finalmente, muchos se preguntan cómo Disney elige
al personal adecuado, desarrollándolos. Las empresas que desarrollan a su personal hacen
crecer sus utilidades. Las organizaciones que limitan a sus empleados, encogen
las utilidades.
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